Nuestro objetivo

Nadie puede evitar que nos pase algo malo, pero sí podemos aprender la mejor forma de afrontarlo

martes, 12 de marzo de 2013

¿Qué es la defensa personal?

LA DEFENSA PERSONAL NO ES UN DEPORTE



    Estoy cansada de escuchar a  algunos profesores y maestros proclamar que su disciplina es igual que defensa personal. Algunos artistas ya sean marciales de diferentes disciplinas o instructores de deportes de combate intentan venderte que con ellos, al entrenar su disciplina tal cual, estás aprendiendo defensa personal y parece que siguiendo esta enseñanza a pies juntillas  eres casi invencible independientemente de la situación. Sin embargo,  viendo sus clases y metodología es fácil percatarse de la limitada utilidad  de lo entrenado en el caso de una posible agresión real.

  Es cierto que si practicas artes marciales o deportes de contacto aprendes a golpear mejor y más rápido, aprendes a moverte, a zafarte, y otras cualidades que favorecen una posible respuesta a una agresión... pero también es cierto que lo aprendes condicionado a unas normas. No se meten dedos en los ojos, no se muerden, no agarran del pelo, no golpean los genitales, no tienes riesgo de que te saquen una navaja, etc. En definitiva, en ninguna disciplina juegan "sucio" pero eso es porque es un deporte, lo que implica unas reglas. Y hacer deporte está bien mientras no intentes adornarlo con nombres que no son.Trabajar con la seguridad de mantener tu integridad física es lo opuesto a un enfrentamiento real en el que tu integridad o incluso tu vida pueden estar en juego. ¿Acaso el estrés es el mismo cuando combates con un amigo en el tatami que cuando un tío te arrincona en un portal?. La respuesta es NO. Entrenar en combate contra un compañero está bien como una fase de aprendizaje en el que te enfrentas a una situación con cierto nivel de estrés, tienes que defenderte de un ataque que no sabes cual va a ser (Eso sí,condicionado por las normas de la disciplina. Por ejemplo un boxeador no pegará una patada ni un karateka hará un crochet) y contraatacar, mejoras tus reflejos, aprendes a cubrirte... pero no es (por mucho que digan) lo mismo.

¿Cómo es una clase de defensa personal?

  Cuando yo pienso en una clase de defensa personal, pienso en un entrenamiento realmente duro.
Las clases de defensa personal deben contemplar todo el trabajo posible bajo los efectos del estrés, cansancio, con inferioridad de condiciones, en el que haya que poner al límite nuestras condiciones físicas y psicológicas, y en el que la primera norma a aprender es que no hay normas. Defenderse es un acto sucio, de gran impacto psicológico y fisiológico, y en el que no vale la pena, el asco o la duda. Además siempre, y de forma más acusada en el caso de las mujeres, nos encontraremos en una situación desfavorable respecto de nuestro agresor, ya ni hablo si son más de uno o va armado.

  Aprender a trabajar bajo estas premisas no es fácil ni se consigue rápido, hay que ir avanzando pasito a pasito ya que tampoco es cuestión de empezar por el tejado. Todas estamos preparadas para conseguir el reto de superar poco a poco nuestros límites, pero no todas están dispuestas a hacerlo. Quizás piensen que a ellas nunca les va a pasar nada, y espero que tengan razón. Pero cuando una mujer quiere aprender a defenderse de verdad no puede esperar que sea como se ve una película. El atacante siempre va a ser una persona experimentada en forcejear, agredir y responder a tus intentos de huir. La única posibilidad que tenemos es que estemos acostumbradas a trabajar de la manera más real posible: que nuestro cuerpo esté fuerte y preparado para emitir una respuesta definitiva, y que las técnicas aprendidas sean sencillas de aplicar y contundentes  para evitar la consumación de la agresión.

  En este punto tendría que añadir la diferenciación de defensa personal y defensa personal femenina, ya que en el primero se tiene en cuenta la proporcionalidad de la respuesta y en el segundo se parte de una desproporcionalidad entre atacante y agredida. (El tema de la proporcionalidad por su extensión y complejidad lo explicaré en una entrada a parte)


¿Entonces por qué practicar artes marciales?

 Porque es un deporte muy completo, y porque aprendes fundamentos básicos (desplazamientos, esquivas, bloqueos, biomecánica, fondo físico...) que suponen los pilares sobre los que construir un aprendizaje más específico de defensa personal. Hoy en día, en muchas escuelas se están dando cuenta de la importancia de diferenciar entre el aprendizaje más deportivo y otras visiones más realistas, y las implementan en las clases. Al fin y al cabo el origen de las artes marciales sí era la defensa personal. Además es un deporte que te mantendrá en forma y saludable, y puedes seguir practicándolo a lo largo de toda tu vida (no hay más que ver a los maestros viejitos japoneses lo bien que están). Yo tengo la suerte de estar aprendiendo karate desde una visión global en la que aprendemos combate deportivo y katas, pero también hacemos combates más libres, y aprendemos aplicaciones muy contundentes de defensa y ataque, extraidos de los katas.

¿Y los deportes de contacto?

 Al igual que las artes marciales, te ayudan a estar en forma y aprendes fundamentos aplicables a la defensa personal dependiendo de la disciplina que practiques. No puedo generalizar si son deportes que puedes practicar llegando a cierta edad porque no conozco practicantes muy mayores, a diferencia de las artes marciales.


  En definitiva, lo ideal es que practiques lo que te gusta, sabiendo realmente lo que estás haciendo y para qué. Una buena idea es que combines artes marciales (u otro deporte de contacto) con defensa personal. Pero huye de los maestros que te ofrezcan fórmulas mágicas, no existe una sola y verdadera manera de hacer las cosas, cuanto más aprendas y de más fuentes, mejor. Y lo que es más importante, sin muchas horas de sudor no hay nada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario