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jueves, 30 de mayo de 2013

KARATE OLÍMPICO

OTRO AÑO DESCARTADOS... Y ME ALEGRO

 Ayer supimos que el Karate es descartado de nuevo para ser un deporte olímpico. Ha quedado detrás del Wrestling, el softball o el Squash. ¿Sorpresa? No.

  El Karate deportivo está devaluando su espíritu cada vez más para poder adaptarse a un estereotipo adecuado para los juegos olímpicos, y no está sirviendo de nada. Cada año nuevas normativas enfocadas a gustar más que a demostrar el verdadero carácter del Karate, cada día más es un gatito y menos un tigre. Las mujeres tenemos tantos protectores para competir en kumite que parecemos una cebolla, el último invento es un peto acolchado que hay que ponerse sobre el peto femenino.... ¿Quién puede moverse así?.
El karate viene de una disciplina pensada en sobrevivir en una sociedad conflictiva por lo que se permitía todo. Por querer poner unas normas que permitan un combate límpio al final jugamos a tocar. Señores por favor, ni tanto ni tan calvo. En el Karate hay agarres y derribos, hay patadas por debajo del cinturón, hay explosividad y fuerza, y no hacen falta tantos saltitos a no ser que sean con una intención expresa de fintar o forme parte de una estrategia. ¿Han visto combates de karate japoneses antiguos?.

 Me gustaría que los que plantean estas normativas se den cuenta de que lo mejor del karate es su fuerte carácter, que no lo intenten adornar tanto, que el kumite vuelva a ser emocionante, y el kata sea una herramienta de trabajo de bunkai y nos dejemos de pantomimas en las que prima su estética sobre su efectividad.

 Puede que si el karate se olvidara tanto de gustar y se centrara en su verdadero yo, tuviera más posibilidades de ser olímpico. Y si no lo es nunca, pues no pasa nada. Ya hay campeonatos de sobra a todos los niveles. Lo que hace falta es que los practicantes nos demos cuenta de que el valor del karate no reside en su popularidad, si no en la posibilidad que nos ofrece de entrenar y practicarlo durante toda la vida. La competitividad no es un valor intrínseco al arte marcial. Mejorarse a uno mismo cada día sí, y para eso no hacen falta jueces ni medallas. Y si alguien pensaba en las olimpiadas como forma de subvenciones para los deportistas que se olvide, el otro día vi una noticia de las practicantes de gimnasia rítmica que buscan patrocinadores privados porque no les financian ni los viajes a la competición.

Martuqui


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